CAUSALIDAD DE LOS ACCIDENTES DE TRABAJO I. Introducción y definiciones...

Publicada: 01/11/2011 -- visitas: 6810

Este trabajo analiza la importancia del conocimiento de las causas que originan los accidentes de trabajo, como herramienta de mejora al Sistema de Gestión de la Prevención, dándole una importancia extraordinaria a la investigación de accidentes como elemento descubridor de los factores causales de la siniestralidad, para una vez conocidos, poder aplicar las medidas correctoras oportunas. Después de eso, se analizan los diferentes estudios sobre modelos causales de los accidentes.

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David C. Berruezo Varela - Técnico Superior PRL. Especialidades de Psicosociologia – Ergonomía y Seguridad (27/10/2002)

 

Prevention World 61 / Octubre 2002

 

Este trabajo analiza la importancia del conocimiento de las causas que originan los accidentes de trabajo, como herramienta de mejora al Sistema de Gestión de la Prevención, dándole una importancia extraordinaria a la investigación de accidentes como elemento descubridor de los factores causales de la siniestralidad, para una vez conocidos, poder aplicar las medidas correctoras oportunas. Después de eso, se analizan los diferentes estudios sobre modelos causales de los accidentes.

 

Palabras clave

 

Factores y causas de la siniestralidad, Gestión de la prevención de riesgos laborales, modelos causales no experimentales, Estadísticas, Investigación de accidentes, Métodos, Prevención de Riesgos.

 

Introducción

 

La Prevención de Riesgos Laborales. Un concepto que estamos escuchando últimamente con demasiada frecuencia y que se encuentra decididamente dispuesto a ponerse de moda, y que en la práctica resulta que es una tarea que se realiza por imposición legal, y que pocos profesionales en este país realizan prevención con la profesionalidad que se merece. ¿Porqué?. En primer lugar porque los empresarios empiezan a conocer sus responsabilidades legales en el ámbito civil, penal y administrativo. Lo que provoca un interés urgente y desmedido por desembarazarse de este lastre jurídico que la prevención supone. Y en segundo lugar la presión de los elementos sociales que constituyen la empresa y que ejercen una ligera presión moral y social al empresario que le incita a actuar de cara a eliminar ciertos riesgos, o cuanto menos, manifestar que los conoce.

 

Qué significa todo esto, pues que la prevención en este país es entendida por la mayoría de ejecutores de la misma como obligatoriedad legal, y lo único que se pretende es cumplir lo que la ley exige, llegados a ese punto ya está todo el trabajo hecho, aunque en el mejor de los casos algunos profesionales en pro de mejorar su currículum se esfuerzan en reducir los índices de siniestralidad y gravedad en sus empresas.

 

Aunque si bien es cierto, como en todas las profesiones, hay personas que creen firmemente en el trabajo que desarrollan, y poco a poco, estos son los que están haciendo entender al resto de los prevencionistas como debe desarrollarse un buen trabajo en prevención y como funciona la misma. Porque es cierto, que hace unos años era frecuente al abrir un libro de actas de un Comité de Seguridad e Higiene encontrar anotaciones como esta: “D. José Fernández” operario del taller por falta de atención se cogió una mano en la cadena de transmisión del eje centra de la máquina X.” O como esta: “D.Domingo García” sin querer se cayó a un pozo”.

 

Existía una obsesión para determinar rápidamente la causa del accidente y especialmente por encontrar el culpable. Hoy día poca gente se manifiesta de esta forma, y se admite que en un accidente no se buscan culpables. Nadie es tan insensato, como para querer lesionarse. Nadie cae en un pozo queriendo... Por eso, conocer todas las causas (que no suele ser una sola) que intervinieron para que se produjera el fracaso que todo accidente significa nos permitirá evitar la repetición del mismo accidente.

 

Aunque ya tenemos claro que hoy día poca gente manifiesta que una persona es culpable de auto lesionarse, si que es cierto que en la mayoría de ambientes de trabajo, se relaciona la causalidad con la culpa o asignación de responsabilidad, por lo que frecuentemente, aún de un modo no consciente ni voluntaria, las investigaciones sobre accidentes se perciben por el lesionado como una búsqueda de culpables que como un esfuerzo positivo hacia la comprensión de las causas. La existencia de estos sesgos y errores explicaría las discrepancias entre trabajadores accidentados y sus compañeros y supervisores a la hora de explicar las causas de los accidentes.

 

Llegados a este punto ya podemos vislumbrar la importancia de la Investigación de Accidentes, de cara a conocer la causalidad de los mismos, con el objeto de mejorar el Sistema de Gestión de la Prevención (SGP) de nuestra empresa, poniendo las medidas correctoras oportunas, para reducir la siniestralidad y en definitiva generar un SGP que nos permita hacer desaparecer los accidentes en la empresa o cuanto menos reducirlos lo máximo posible, lo que nos haría trabajar de cara a la seguridad de las personas y olvidarnos de seguir a pies juntillas la legislación en materia de prevención, que lo único que buscaríamos con eso sería evitar responsabilidades legales, en lugar de velar por la seguridad de los trabajadores.

 

Para realizar este informe será necesario partir de la base estudiando, conociendo y atacando el problema poco a poco y desarrollarlo cada vez más, por ello, para emprender el estudio de la cuestión que nos ocupa conoceremos lo más primordial e iremos desgranando poco a poco cada cuestión.

 

Definiciones

 

Para que ocurran accidentes de trabajo es necesario que exista trabajo, y qué entendemos por trabajo, la definición nos dice que es “ocuparse en cualquier ejercicio, obra o ministerio”, pero dentro de esta definición no se detallan su importancia social ni su importancia económica, ni la continuidad, ni la obligación diaria, ni en las condiciones en las que este se desarrolla, ni tan sólo la repercusión que este tiene sobre el bienestar del trabajador, y otros muchos factores que forman parte de nuestro trabajo. A su vez, y como consecuencia del mismo se acaban produciendo accidentes laborales, lo que comporta daños tanto sociales como económicos a familias y empresas, lo cual es causa sobradamente importante como para trabajar de cara a terminar con la accidentalidad. La conciencia de empresarios, el problema social y los gastos económicos que de un accidente se derivan y la imposición legal, constituyen la trinidad, en nuestro país, que sustenta la necesidad de evitar dichos accidentes de trabajo.

 

La definición que la Ley 31/95 hace del accidente de trabajo dice: “se considerarán como “daños derivados del trabajo” las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo y ocasión del trabajo”, este concepto de lectura tan fácil, tiene unas connotaciones muy amplias, que a primera vista y leído por alguna persona neófita en materia de prevención, incluso le puede llegar a parecer escasa.

 

Pero dentro de esta definición están contenidas aquellas enfermedades que sin ser producidas de un día a otro, tienen sus efectos derivados del trabajo y que a muy seguro, el trabajador que las padece sigue expuesto al factor que originó su enfermedad sin saberlo. Las lesiones que se producen tanto en el centro de trabajo como en el trayecto de ida y vuelta al mismo. Las lesiones producidas por los accidentes en estricto sentido. Los incidentes que sin generar lesiones, ocasionan daños materiales o alteran la secuencia normal del desarrollo del mismo, llegando a paralizarlo en ocasiones.

 

Cultura preventiva y comportamiento de las personas

 

Es muy frecuente encontrase con empresas, colindantes físicamente, con colectivos de trabajadores de similares características, pero con actuaciones radicalmente diferentes ante la prevención de accidentes o la calidad en el trabajo, unas realmente no tienen accidentes porque se preocupan por el trabajo bien hecho y las otras no saben ni los que tienen, que no suelen ser pocos. Estas últimas no sólo tienen accidentes de trabajo, sino también defectos de calidad en sus productos, averías, reclamaciones y todo un conjunto de disfuncionalidades que están en cierto modo interrelacionadas y que muchas veces no saltan a la luz porque no se averiguan o no se analizan. En realidad la empresa será lo que sus gestores quieran que sea, más allá del mero cumplimiento de las exigencias legales.

 

Todo ello representa que la prevención efectiva de los accidentes de trabajo sea en la empresa una tarea que requiere conocimientos, métodos y estrategias, implicando a todos sus integrantes y contando con la colaboración de técnicos en la materia.

 

Todo el mundo puede apreciar el riesgo en un hueco sin cubrir en un objeto depositado inestablemente y que puede caer, pero se necesitan conocimientos de especialista (ingeniería, química, etc.) para evaluar el riesgo en una máquina o instalación compleja o la peligrosidad de un producto o un proceso químico. Sólo a través de la evaluación de riesgos realizada por personas competentes y en determinados casos por especialista se podrán averiguar las causas de potenciales accidentes y adoptar medidas preventivas eficaces para evitarlos.

 

Y al igual que actuamos de cara a reducir los accidentes de tráfico, domésticos y de ocio, los datos sobre los accidentes laborales nos dicen que tenemos que actuar con mucho interés en la prevención de los laborales, ya que los datos son alarmantes como veremos en las estadísticas, en un año ocurren en España más de medio millón de accidentes de trabajo con baja de los cuales unos tres mil tienen carácter grave o mortal, y para conseguir actuar sobre cualquier materia, en primer lugar es necesario conocer toda la información posible.

 

Por qué encontrar la causalidad de los accidentes

 

En el fondo las causas originarias de los accidentes de trabajo pueden ser consideradas errores humanos, ya que casi siempre se podrá encontrar a alguien que no diseñó acertadamente una máquina o un puesto de trabajo, a alguien que no tuvo en cuenta las necesidades formativas en el mismo, o a alguien que no planificó adecuadamente el trabajo a realizar. Desde el punto de vista preventivo no tiene demasiado interés averiguar quién o quiénes son los responsables de los errores. Lo importante es detectar que se han producido tales errores y cómo se ha de actuar para evitarlos de manera sistemática, sin tener que pasar por análisis de culpabilidades, que pueden resultar del todo contraproducentes.

 

El establecimiento de un sistema preventivo, tal como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales propugna, como procedimientos de gestión que se apliquen en los centros y áreas de trabajo y en lo que todos (directivos, mandos intermedios, etc.) tengan funciones preventivas y objetivos que cumplir en esta materia, habrá de ser determinante para que los accidentes de trabajo dejen de ser considerados como algo normal y habitual en el trabajo y por supuesto los comportamientos de las personas sean seguros.

 

Pensemos que el comportamiento de las personas, más allá de los hábitos de trabajo adquiridos y de la base preventiva que tengan, viene condicionado en gran medida por el entorno ambiental en el que el trabajador está inmerso y por la cultura empresarial propia que ésta haya definido e implantado.